APRENDIENDO A AMAR
- buscandoadiosps
- 20 nov
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¿Y si lo que expulsa a Adán y Eva del Paraíso fuese el desamor y no la desobediencia? Cuando Dios pregunta a Adán, luego de que este comiera de aquel fruto, ¿acaso has comido del fruto del árbol del que te dije que no comieras?, Adán, como respuesta, culpa a Eva y a Dios mismo (La mujer, que me diste por compañera, me dio de ese fruto). Y cuando Dios torna a preguntárselo a Eva, ella le contesta culpando a la serpiente (La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto).
Hemos salido del Paraíso (de la presencia de Dios) para aprender a amar
Ninguno se arrepiente, ninguno se disculpa, ninguno se percata del desamor que han mostrado sus acciones y sus palabras, desamor hacia Dios y desamor hacia su hermano. Quizás al expulsarlos Dios los manda a aprender lo que es el Amor.
Hemos salido del Paraíso (de la presencia de Dios) para aprender a amar, así se refleja en los mandamientos que da Dios a Moisés: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y ama a tu prójimo como a ti mismo, que es así como los resume Jesús: diez mandamientos contenidos en dos, y que en Levítico Moisés también reconocía como tales.
el amor que de nosotros se espera es un amor que se olvida de sí mismo, que va más allá de mezquindades, que se entrega completamente.
Pero aunque lo intentamos no supimos hacerlo, nuestro amor hacia Dios y hacia nuestros hermanos ha estado siempre plagado de imperfecciones, de arrogancias, de egoísmos. Por ello Dios tuvo que ir más allá de la norma impuesta y enviarnos un maestro que nos enseñe a amar con su ejemplo: Les dejo un nuevo mandamiento, ámense los unos a los otros como yo los he amado. De esta manera nos explica Dios que el amor que de nosotros se espera es un amor que se olvida de sí mismo, que va más allá de mezquindades, que se entrega completamente.
La vida terrena parece ser nuestra oportunidad de aprender a amar de esta manera. ¿Será esta la razón por la cual se nos ha dado esta vida?, ¿estaremos aquí para aprender la lección por la que Adán y Eva salieron de la presencia de Dios y que nos tiene aun deambulando por el desierto? Dicen que los sabios, cuando averiguan el significado de la vida, quizás impactados por la sencillez de lo que descubren, se ríen. Escuchemos a uno de ellos que parece carcajear.
¡Oh Dios mío!
¡He descubierto el amor!
¡Qué maravilloso!
¡Qué excelente!
¡Qué hermoso!
Mi cuerpo se enciende
por el calor
del amor.
¡Qué secreto!
¡Qué profundo!
¡Qué evidente!
Saludo
a las estrellas y a la luna
a todos mis hermanos y hermanas.
Saludo
al espíritu de la pasión,
que despertó y vivificó este universo
y todo lo que contiene.
Rumi



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